La lejía es prácticamente hipoclorito sódico que, a efectos prácticos, es un fuerte oxidante. Ser un fuerte oxidante significa que es tremendamente ávido de electrones y es por esta razón que decolora muchas sustancias. Esto se debe a que muchos compuestos químicos presentan un determinado color por presentar una determinada estructura química. La lejía al robar electrones de estas sustancias las destruye y pierden su capacidad de colorantes.
Como vemos en el video, apenas unos segundos y hop, colorante "oxidado" y... sin color.